jueves, 2 de octubre de 2008

MANIPULACIÓN SOCIAL


Se tienda a pensar que las sociedades a las que nos estamos refiriendo viven una etapa pre-científica. Se reconoce, obviamente, que poseen conocimientos; que estos conocimientos son útiles para resolver los problemas inmediatos; - que derivan de la experiencia; que en muchos casos pueden ser válidos, verdaderos; pero que en última instancia no son científicos, porque no reinen los requisitos que definen a ese tipo particular de conocimiento. Y cuando se habla de conocimiento social, se prefiere catalogarlo como ideología, mas - que como ciencia. Si acaso, se admite que pudiera ser una - "ciencia de lo concreto", por contradictorios que parezcan - los términos.Si lo anterior es cierto, la hipótesis de que es posible y necesario recuperar y desarrollar las ciencias sociales propias cae desde su base por falta de fundamento. En -efecto, si la ciencia es una y universal, no caben ciencias paralelas. Por otra parte, habría que reconocer que el desarrollo de los piases metropolitanos de tradición occidental les ha permitido avanzar en la construcción de la ciencia social y que, en consecuencia, la única estrategia posible serla la de acelerar la transmisión de este conocimiento a las sociedades que no lo han alcanzado por s! mismas. La única di ferencia se daría en el uso de tal conocimiento, en su empleo como arma para la liberación y no como recurso cada vez más sofisticado al servicio de la dominación.No parece muy útil discutir este tema en términos demasiado abstractos. Hablamos de las ciencias sociales como son hoy y no como deberían ser o, en todo caso, como podrán ser en algún momento indeterminado del futuro. Lo cierto es que las ciencias sociales no han alcanzado el rigor y la universalidad de las ciencias fIsico-matemáticas. Por ejemplo, la indeterminación de los fenómenos en muchos niveles de la realidad social es, para algunos, un dato de la realidad misma, en tanto que para otros es un problema de subdesarrollo de las ciencias sociales. La mayor parte del conocimiento que producen las ciencias sociales es casuística y ni siquiera - pretende tener una validez universal. En tales condiciones -¿qué conocimiento científico transferir a las sociedades que no tienen una ciencia social institucionalizada?Quisiera relatar brevemente una experiencia personal que a mi manera de ver ilustra el problema. Recientemente dicté un ciclo de conferencias sobre antropología mexicana ante un auditorio formado exclusivamente por estudiantes de origen indio. Quise presentar un panorama esquemático del desarrollo científico de la antropología en mi país en lo que va del siglo. Elegí a varias de las figuras nacionales más representativas en nuestra disciplina y tomé como tema central y común el análisis que cada autor había hecho de la problemática sociocultural de los pueblos indios. En la historia de la antropología mexicana estos autores ocupan un lugar destacado: son los pioneros, los "padres fundadores", los que inicia ron y desarrollaron nuestra propia tradición en ciencias antropológicas (la que algunos han llamado escuela mexicana de antropología). Intenté presentar en que forma cada uno de - ellos había contribuido, en su momento y de acuerdo a lascar constancias, a forjar una tradición científica. Muy pronto, al iniciar el curso, tome conciencia de que estaba hablando ante estudiantes indios: les estaba refiriendo como los habian estudiado a ellos, como los habían conceptualizado, en base a un conocimiento científico. Me sentí totalmente absurdo. Los estudiantes reaccionaban con incredulidad y finalmen te con buen humor, a carcajada limpia. Alguno de ellos pregón tú ¿para qué nos obligan a estudiar estas tonterías?; otro le respondió: aporqué es necesario conocer el pensamiento del enemigo.. El enemigo: estábamos hablando de don Manual Gamio, la figura más respetada de la antropología mexicana, quien in medianamente después de la Revolución de 1910-17, en los años heroicos, participó significativamente en la construcción nacionalista y estudió de manera particular la problemática indigenista. La reacción de los estudiantes indios cuestionaba totalmente las conclusiones de Gamio; pero, ¿sólo sus conclusiones? Porque, a fin de cuentas, éstas se alcanzaron mediante la aplicación de un método científico. Acaso, entonces, lo que se cuestionaba era toda una disciplina, la manera misma de pensar la antropología. Después de todo, la antropología mexicana ha sido el fundamento científico, siempre proclamado, de la político indigenista; una político orientada a la desindianización, es decir a la incorporación de los pueblos indios a la sociedad nacional. Para un grupo de estudiantes indios, el carácter etnocida de los resultados invalidaba necesariamente todo el procedimiento, por rigurosamente cientifico que se reclamara. ¿Es ésta la ciencia social de la que deben apropiarse los pueblos indios?Por otra parte es cierto que los pueblos dominados, los que han padecido la colonización, tienen de s! mismos y de la sociedad colonizadora una visión fuertemente distorsionada que les ha sido impuesta y que en mayor o menor medida - han interiorizado. Esto, como se sabe, es un requisito del oí den colonial, que busca la hegemonía y no sólo el poder de la fuerza. En términos del problema que estamos discutiendo, esta situación importa en la medida en que mediatiza el conocimiento objetivo de la realidad social. Las ciencias sociales desarrolladas por el colonizador y puestas al servicio del -mantenimientos del orden colonial enmascaran o desconocen sus verdaderos objetivos, su función última; pero dan cuenta de manera sistemática de las características significativas de; las sociedades dominadas y dicen mucho también de la organización y el funcionamiento de la propia sociedad colonizadora. Particularmente este ultimo conocimiento, el que se refiere a la sociedad dominante, permanece inaccesible para los miembros de los pueblos colonizados. Y éste es, sin duda, un cono cimiento Útil, necesario para orientar acertadamente las luchas de liberación.

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